
Montero Castillo y Aguirre Suárez, los centrales del Granada de los 70, la lían.
Bajo este pseudónimo presentaron el J (sí, el de los Planetas) y su colega Manuel Ferrón, este proyecto en sus inicios. Más adelante, se incorporaron Victor Lápido (guitarrista de Lagartija Nick), Miguel (bajista de Los Planetas), y Antonio Lomas (2ºbateria de Lori Meyers, y ex de 091), completando de esta forma el Grupo de Expertos. Originalidad y naturalidad sin pretensiones, pero con toda la ambición…
Quien crea que va a escuchar algo parecido a Los Planetas está equivocado. En primer lugar por las voces, J exagera el acento granaíno y se le entiende bastante más, además no es el único cantante, comparte este protagonismo con el citado Manu Ferrón. Por otra parte el estilo musical, nada de guitarreos y distorsiones, el disco transmite tranquilidad, calidez, y aroma sureño, con temas que van desde el Folk al country, pasando por melodías pop agradables y hasta una sevillana!. Y en tercer lugar, y como seña de identidad del disco, las letras, en contraposición a los temas planetarios de desamor y drogas, el grupo de expertos presenta unos textos divertidos, con sentido del humor y poca vergüenza, letras sobre la vida del sur, sobre lo que nos gusta enrearnos, y lo felices que somos sin prisas.
El disco comienza con la canción que quizás tenga los aires más planetarios “El sur, el mediodía y la libertad”, pero seguidamente viene el pausado “Alegato meridional” una forma ideal de dejar de pensar para seguir dando guerra…, y más adelante “una muerte lenta y dolorosa” temasso.
Y después tela, lo siento, se que me va a quedar un artículo demasiado largo, pero no me resisto a escribir fragmentos de varias canciones (sólo los títulos ya reflejan el denominador común del disco):
…además de la prensa de la mañana, mi vida tiene arrugas de camisa mal planchada. Curvas cerradas, gambas y jamón, y un montón de idiotas en televisión. (todo lo demás)
…con toda la ambición que cabe en una raja de sandía, en una convención de rabos de melocotón nadando en un vasito de sangría. Después de medio día tumbado al sol, decido que no es una tontería decir que no. Y digo, no hace falta que coincida con mi opinión (no hace falta)
…si eso ya me paso por allí, es que estoy en casa de un colega. No obstante yo que sé, si eso luego ya veré, ¡venga! (se ve que hay calidad)
...déjame que descanse un rato al sol, déjame vivir con alegría, si he pescado bastante para hoy, mañana será otro día, no faltará un caracol (déjame vivir con alegria- versión de vainica doble)
…tengo una pila de cosas que hacer esta mañana, voy a dejarlas hasta después de comer que ahora no tengo ganas. Voy a pegarme una siesta después, me lo merezco, que habrá que descansar alguna vez un día de estos (una pila de cosas).
…al paso que vamos, ya no llegamos, mejor lo dejamos correr. Ya nos daremos más prisa la próxima vez (la próxima vez)
…pero no voy a ir a ningún sitio. Si acaso una en el Ruido. Pero una na' más y nos subimos. Echa otra y ya está y luego nos subimos. Ponte la última ya y luego decidimos (par de flamenquines)
Dicen ellos de ‘Alegato Meridional’ que “no es otra cosa que un discurso a favor del sur y el mediodía, una reivindicación del hogar: del lugar y las personas con las que se convive en armonía”.
Ni está muy bien, ni está muy mal, ya sabes tú, se ve que hay calidad.