domingo, 7 de abril de 2013

Sunny Day Real Estate - Diary


Otro disco de hace veinte años. El tonto de los noventa.

A esto lo llaman emo. Eso sí, emo de aquella época. Emo de segunda generación, dice la wikipedia. Emo del que vacilaba. Nada que ver con My Chemical Romance, ni con los chavales de negro que se cortan las venas y se tapan un ojo con el flequillo para no contemplar el horror de existir.  

Sunny Day Real Estate son de Seattle, se formaron en 1992 y grababan en Subpop. Todo muy grunge de manual. Pero no. A alguien se le ocurrió decir que esto era emo y ya está, vida puteada. Ellos por entonces no lo sabrían, pero lo peor que te pueden llamar hoy en día es emo. Con lo que fardón que era ser grunge.

Yo llevo ya una temporadita con SDRE, Texas is the Reason, Mineral y cosas así y, de momento, ahí sigo. También hay mojones gordos como los Jimmy Eat World pero bueno, en todos los estilos hay grupos que no gustan.

Diary es el primer álbum de los Sunny Day. Año 94. Arranca con dos temacos impresionantes (sobre todo in circles), que son los que les dieron la familla. Estos dos, junto a 48, son mis favoritos pero aquí hay de todo: temas cañeros, mucho medio tiempo, la típica ralladita y, por su supuesto, un pestiñito que no falte. Lo de las referencias sé que no es mi fuerte pero en estas canciones me parece ver cositas de Smashing Pumpkins, Alice in Chains, Fugazi o Nirvana. El rollo es el típico del rock alternativo americano: cambios de ritmo, melodía y sacudida, desazón y rabia.

 Muy buen disco éste. Un 8,7 en Pitchfork no lo tiene cualquiera. Al año siguiente sacaron otro casi igual de bueno (lp2), pero ya por ahí al cantante le dio por hacerse cristiano y agobiar a los demás más de la cuenta con las paranoias del señor. El bajista y el batera se vieron el percal y rápido y veloz pa los Foo Fighters que se fueron. Después de eso, proyectos variados, reconciliaciones y rupturas y un tercer y cuarto álbum que tampoco están mal. Hoy en día creo que siguen tocando, o al menos en el 2009 estuvieron en el Primavera Sound. Como curiosidad, el susodicho beato, Jeremy Enigk, grabó uno de sus discos en solitario con nuestros queridísimos Ramón Rodríguez y Ricky Falkner. El mundo, que es un pañuelo.