jueves, 13 de noviembre de 2008

THE SMASHING PUMPKINS - Mellon Collie and the Infinite Sadness


Año 1995. Cafetería Cristina, calle San Fernando. Me dice Curro : "illo Pedro, ¿has escuchao el nuevo de los Smashing?". Yo respondo "que va tío pero el Siamese era muy bueno". Se pone serio y sentencia " este es mejor".

Currito siempre decía que yo me parecía al bajista de Nirvana y yo me cagaba en sus muertos. Currito sabía de esto. Un par de semanas más tarde fui al Sevilla Rock y me lo compré. Me costó una pasta. Mejor. Gustan más si te salen caros. Se me rayó en menos de un año y aún lo sigo poniendo, aunque me tenga que saltar dos o tres canciones. Me siguen quedando veinticinco temazos.

La palabra es colosal. Por cantidad y por variedad. El Siamese Dreams era un discazo pero más corto y más plano. Para el Mellon Collie Billy Corghan llevaba preparado 50 temas. Al final lo dejaron en 28. No sobra ni uno. Se mueven de un lado a otro, de lo sinfónico a lo ruidoso, de lo ingenuo lo duro, de lo simple a lo complejo. Podríamos simplificarlos en tres categorías (estilo Tojeiro), a saber, leñeros, épicos y bonitos. Los leñeros son los que primero me atraparon, supongo que por la edad y gustos de la época. Destaco jellybelly, el himno llamado zero y, como no, el bullet with butterfly wings, que se te instala en el cerebro con ese "the world is vampire" y te va llenando el cuerpo de rabia.

Las épicas necesitan alguna escucha más al ser las más complejas pero luego se convierten en tus favoritas y nunca te hartas de ellas. Aquí por supuesto metemos la archiconocida tonight, tonight con su sección de 3o instrunentos de cuerda y su celebradísimo clip homenaje a Meliers, la gran joya desconocida llamada thru the eyes of ruby , la agotadora porcelina of the vast oceans o la preciosa by starlight .

Finalmente tenemos las canciones hoy llamadas bonitas y hace 13 años mariconadas. Estas, más que con las escuchas, han crecido con la evolución de mis gustos. Son auténticas exquisiteces, tan frágiles que parece que se van romper. Me quedo con take me down, thirty three, beautiful y galapogos, un tema muy especial para mi ("and tell me if i am still the man i´m supposed to be...").

Hay dos temas que no entran en esta división y que son las que marcan el camino electrónico que los de Chicago seguirían posteriormente, 1979 que, pese su éxito, nunca fue de mis favoritas y love, que sí me gusta más. Los smashing de después ya no me harían tanta gracia. Este disco fue tan bueno que al Billy ya se le fue la olla del todo. Se hicieron tan famosos que salieron hasta en los Simpsons (espectacular la charla que les mete Homer) y el muchacho, que ya era difícil de llevar de siempre, pasó de creerse un dios a creerse Dios. Solo era un dios.

La foto de arriba no es la de la portada. Es un homenaje.